Donald Trump protagonizó uno de los momentos más surrealistas de una campaña presidencial estadounidense. Luego de responder sólo un par de preguntas de asistentes pre-seleccionados, se dedicó a bailar por 40 minutos, generando incomodidad y desconcierto entre el público.

Ocurrió el lunes durante un encuentro ciudadano en Oaks, Pensilvania, precisamente uno de los estados clave en las elecciones del 5 de noviembre.

En el evento, moderado por la gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, el magnate tenía presupuestado responder una serie de preguntas de parte de los presentes.

Sin embargo, tal como detalla The Washington Post, luego de referirse a la crisis de vivienda y al apoyo a las pequeñas empresas, dos de los asistentes se desmayaron y requirieron de asistencia médica, por lo que Trump pausó las preguntas y optó por transformar el evento en una suerte de show musical.